Queridos hermanos;
Paz y bien.
Esta mañana todos nos hemos despertado sabiendo que hoy, a pesar de todo lo que está ocurriendo es LUNES SANTO. Desde que dio comienzo esta situación sanitaria que nos obliga a vivir confinados en nuestros domicilios, esta junta de gobierno no ha dejado de estar en contacto con quienes amáis y sentís profundamente a nuestros benditos titulares a través de las redes sociales y los medios oficiales de esta Hermandad Sacramental de la Sed, sin embargo, como hermano mayor no quería pasar más tiempo sin dirigirme directamente a vosotros a través de unas palabras de cariño y agradecimiento salidas de mi corazón.
Estamos viviendo sin duda una Semana Santa distinta, por eso aprovecho este momento de reflexión para alentar y recordar, que ahora más que nunca tenemos que abrazarnos a la Cruz del Señor. Tenemos que seguir sus pasos como los seguimos desde el 13 de enero de 2013 cuándo dimos el paso firme de ser una Hermandad, como aquel 15 de abril de 2019 cuando con paso firme nos plantamos en Carrera Oficial y llegamos a la Santa Iglesia Catedral. ¡Quién nos iba a decir a nosotros que esta Semana Santa de 2020 sería tan distinta! Una Semana Santa en la que no realizaremos nuestra Estación de Penitencia, pero que sí viviremos intensamente, lógicamente de una manera diferente, en la intimidad de nuestros hogares. Esto debe ser un momento para dar testimonios de fe y de cofrades comprometidos como hermanos de una Hermandad que sabe mucho de superación de situaciones adversas a lo largo de su corta historia, como difícil es el momento que estamos viviendo todos, pero que a buen seguro vamos a superar.
Ciertamente hoy es un día triste, quizás más para los cofrades, pues sentimos con más fuerza un gran dolor en nuestro pecho que nos hace incluso derramar lágrimas, pues el momento que esperamos durante todo el año, va a tener que celebrarse de una forma inédita, sin duda con más profundidad e intensidad, pero a la vez más triste. Por ello no debemos contener nuestra tristeza, ni debemos ahorrarnos esas lágrimas, pero sin dejar que la tristeza nos invada por completo, no encerrarnos en nosotros mismos y no ser capaces de ver el dolor que hay en el mundo. Nuestras lágrimas son solidarias con las que han perdido un ser querido en estos días y tienen a algún familiar en el hospital. Cristo también lloro, lloró la muerte de su amigo Lázaro, el rechazo de Jerusalén, la agonía y los dolores de su Pasión… El coronavirus nos ha robado la presencia de muchos seres queridos y también el poder salir a la calle y hacer Estación de penitencia. Pero no podrá arrebatarnos el misterio de nuestra fe, que celebraremos desde casa en esta Semana Santa.
Sigamos rezando en casa, en familia, unidos, “Tengo Sed de ti”, sin perder la guía de Nuestra Madre, Ella, ejemplo de fe y tesón, quien nos acoge bajo el Amparo de su manto.
Dentro de poco, Dios va a querer, que lo que estamos viviendo en estos momentos sea solo un recuerdo. Aquí estaremos esperando una nueva primavera para llenar de vida todas las calles de nuestra bendita ciudad y volvamos a vivir un nuevo Lunes Santo con el que soñamos todo el año los hermanos de La Sed, seguiremos dando ejemplo de fe y de devoción a nuestra Bendita Madre, María Santísima del Amparo, y seguiremos abrazándonos a la Cruz de Nuestro Señor, aferrándonos a nuestra plegaria e íntima oración por nuestros hermanos y por el mundo entero, porque…
TENGO SED DE TI. Sí, esa es la única manera en que apenas puedo empezar a describir mi amor. TENGO SED DE TI. Tengo sed de amarte y de que tú me ames. Tan precioso eres para mí que TENGO SED DE TI. Ven a Mí y llenaré tu corazón y sanaré tus heridas. Te haré una nueva creación y te daré la paz aún en tus pruebas. TENGO SED DE TI. Nunca debes dudar de Mi Misericordia, de mi deseo de perdonarte, de Mi anhelo por bendecirte y vivir Mi vida en ti, y de que te acepto sin importar lo que hayas hecho. TENGO SED DE TI. Si te sientes de poco valor a los ojos del mundo, no importa. No hay nadie que me interese más en todo el mundo que tú. TENGO SED DE TI. Ábrete a Mí, ven a Mí, ten sed de Mí, dame tu vida. Yo te probaré qué tan valioso eres para Mi Corazón.
Daniel Muñoz Villanueva.
Vuestro Hermano Mayor.