La jornada del 19 de octubre pasará a la historia de la ciudad de Jerez. Precisamente a Jerez, y también a todos los foráneos que nos visitaron, damos las gracias por recibir tan bien a nuestra corporación desde la salida en la Plazuela.
De sombrerazo, si se nos permite el término, el derroche musical de la Banda Música Arahal, la que con sus sones deleitó el transitar de María Santísima del Amparo por cada rincón por el que transitó. Nos hicisteis disfrutar durante las más de 10 horas de procesión -que se dice pronto-, pues a cada paso que daba el palio mostrabais vuestro amor y compromiso en forma de música. Os merecéis, como formación y como personas, todo lo bueno que os pase.
Aún más mérito tiene la labor costalera que desempeñó durante el día de ayer la cuadrilla, comandada por N.H.D. Alberto Millán Puerto. No fue fácil superar algunos momentos de dificultad, pero fuisteis capaces de sobreponeros y llevar a la Madre de Dios allá donde se pedía a cada instante, cumpliendo con lo que la diputación mayor de Gobierno iba indicando. Vuestro trabajo, con lo que a nuestra hermandad respecta, será recordado durante mucho tiempo, pues fue una auténtica proeza.
Por supuesto, no nos queremos olvidar de las hermandades que cedieron algún elemento de su ajuar para que fuera portado por la Santísima Virgen. Mención especial merece la Hermandad Mayor Dolor Ayamonte, a quien consideramos ya una hermana, por cedernos su portento de palio con el que se ha podido pasear la Señora, la Reina de Puertas del Sur. Eternamente agradecidos.
Y por último, damos las gracias a todos los que hicieron posible que el sueño se hiciera realidad. A los organismos organizadores, a la Diócesis de Asidonia-Jerez, a las FFCCSE, y por supuesto a nuestros hermanos, a aquellos que han arrimado el hombro y que han sido partícipes, tras su esfuerzo y entrega, de una efeméride que guardaremos por siempre en el corazón. A los acólitos, a los miembros del cortejo, a los auxiliares, al querido Pepín: gracias de verdad.
Que la Virgen nos premie con su gracia y nos colme de bendiciones. Spes Nostra, Salve. ¡Todo con María, nada sin Ella!